4 jul 2011

Los hombres son unos hijos de puta y ya está

Hola a todos. Antes de nada decir que hoy he dormido poco más de tres horas, así que no me voy a currar esta entrada. No me apetece. Estoy cansado y voy a redactar muy rápido, así que a lo mejor escribo cosas como "haloe bera" sin preocuparme lo más mínimo por la higiene ortográfica. Aunque sinceramente, no creo que vaya a aparecer la palabra "aloe vera" en este texto.

Quería hablar de que los tíos somos unos arrastrados impresionantes. De que somos la cosa más miserable y pordiosera que existe sobre la faz de la Tierra. Tenemos el alma más desahuciada que un vecino de Cho Vito.

Lo cierto es que la identidad del ser humano ha comenzado a cambiar con la llegada del siglo XXI, y en consecuencia, el rol del hombre y la mujer en la sociedad. Sin necesidad de ser sociólogo, yo diría que actualmente el hombre cumple el rol de un mendigo buscando en el cubo de la basura. Y la mujer, consciente de su poder, le mira sonriendo desde una ventana mientras tres vasallos le hacen la manicura y le leen el Cosmopolitan.

No me extraña nada que las mujeres vacilen a los tíos con frecuencia, lo cierto es que no tenemos ni una mísera gota de amor propio. Los tíos somos campeones mundiales en el deporte de pasarnos horas pensando ideas innovadoras con el fin de ganarnos el apego de una tía que sabemos de antemano que no nos hará caso aunque saltemos de la punta del Empire State con unos calzoncillos que ponen “Te quiero Acoraida”.

¿Cómo hemos llegado a esto? ¿A qué se debe este nivel de degradación tan profundo? Lo explicaré todo mediante un sencillo silogismo:

Todos los desgraciados son pollabobas
Los hombres son desgraciados
Por tanto, todos los hombres son pollabobas.

Bueno, no sé si me ha quedado muy aristotélico, pero seguro que es bastante clarificador. Además, ya dije que estaba cansado y no me voy a currar nada.

En realidad, me cago un poco también en las mujeres, ya que algunas son tan jodidamente inseguras que necesitan tener permanenteme un vasallo diciéndole lo guapa que son. Sino no son felices.

De cualquier forma, esa gilipollez intrínseca en nuestro sexo es lo que nos condena perpetuamente a perder nuestro autoestima. Porque somos unos babosos de mierda y venderíamos nuestras pertenencias con tal de que muchas mujeres nos dieran un beso en el cachete. Porque arreglamos las cosas chupando los agujeros anales de las mujeres, y llegamos a un nivel de baratez tan grande que si pusieran nuestra cara en un puesto del Rastro nos regalarían junto a una riñonera de pesca.

Y nada más. Aclarar que yo jamás he chupado culos ni los chuparé nunca. También me da asco chupar algunos coños, sobre todos los rasurados con los poros llenos de ronchas.

Y ya está.

Haloe Bera.

2 comentarios:

  1. Wajajajajajajjajajajajajaja ajajajajjajajajajaj. Gracias, en serio. Me viene bien cada una de tus palabras.

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  2. Wajajajajajajjajajajajajaja ajajajajjajajajajaj. Gracias, en serio. Me viene bien cada una de tus palabras.

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